Hace nada publicábamos el cuento de Navidad y fijaos… ya ha pasado más de un mes. Desde hace tiempo me vengo dando cuenta de que los días se me pierden sin darme apenas cuenta, pero en estos momentos lo noto especialmente. Me siento con la fragilidad de este diente de león que en un golpe de viento puede desaparecer. La vida se va a pasos de gigante y no puedo hacer nada por parar el tic tac implacable del tiempo.  

Os cuento:

 

He llamado a mi madre, para preguntar por la abuela que está malita, y me ha puesto al día de las novedades del resto de la familia.  Me ha contado que un primo, con el que he tenido una relación bastante estrecha toda la vida, está enfermo.  Seriamente enfermo.  Le han diagnosticado cáncer en el sistema linfático. 

 

Ayer,  en mi último cuento Tornasoles, en uno de los párrafos puse una frase sin conocer todavía esta noticia.  ‘La felicidad… como la propia vida, puede ser escurridiza y escaparse como un pez que se resbala entre las manos’. Sin embargo, mi primo está en una edad de las que llaman buenas para tener este tipo de males.  Tiene la madurez suficiente como para que las células malas no crezcan excesivamente deprisa, y la juventud necesaria para poder luchar contra la enfermedad.  Es fuerte y lo conseguirá, seguro que si, pero no puedo evitar estar preocupada. 

A esto se añade la situación que atraviesa la empresa de mi mejor amigo.  He hablado varias veces de ello en mi blog, por eso no voy a extenderme en explicaciones, pero la cuestión es que está mal y aunque no quiera también me afecta.

 

Una intenta ver el reverso de las cosas con el prisma del optimismo, cómo si no, sería capaz de inventar nuevas historias ¿verdad?,  pero no siempre me siento fuerte para ello.

 

Mi dedo está bien…  Los dos damos las gracias por las muestras de cariño que hemos recibido tanto por aquí, como por correo en esta semana que termina. Gracias a vosotros, he llevado mejor este pequeño contratiempo. Se ha recuperado muy bien y muy deprisa y el martes por fin, me quitan los puntos.

Mañana estaré mejor.  ¡¡Qué digo, si además es sábado y no tengo que trabajar!!   

 

¡Besos a todos!